De entre la valiosa producción dramática de Alejandro Casona (1903-1965) sobresale especialmente La dama del alba, drama rural en que el amor y el torrente vital pugnan por imponerse al dolor y a las asechanzas de una muerte seductora. Con su habitual maestría técnica, Casona fundió en esta admirable pieza fantasía y realidad hasta lograr una atmósfera mágica y misteriosa, salpicada de leyendas y creencias populares. Apenas iniciaba la obra, el lector queda seducido por ese ambiente de ensueño y enigmático, por el drama y las pasiones que embargan a los personajes y, sobre todo, por el tono poético de que se revista el lenguaje, las situaciones y la figura de la Peregrina, la ansiada y temida <> que da título a la obra.
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