Érase una vez una niña llamada Andrea. Todas las noches Andrea ve la mecedora
balanceándose .Al día siguiente su madre estaba mirando la mecedora. Es como si hubiera alguien
sentado.
Andrea llamó a los fontaneros para que matasen a una rata que estaba en dormitorio.
Vinieron y dijeron que no había ninguna rata, que era una broma de unos de los invitados.
María Francisca vio en la mecedora una mujer muerta. Al día siguiente vinieron unos
hombres con unos aútaudes grandes marrones que se llevaron a la muerta.
A Andrea, todas las mañanas al despertar, le impresiona ver la tejedora de la muerte.
Una mañana parecía que no había nadie allí.
Pensó en que no iba a pasar más eso y no pasó nunca más.
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