jueves, 9 de febrero de 2012
EL NIÑO QUE QUERÍA SER TINTÍN
David tiene casi nueve años y problemas en todos los sitios. En su casa, sus padres discuten por su causa. En el colegio siempre llama la atención y no le va nada bien. Leticia, la chica que le gusta, no le hace demasiado caso, y tiene dificultades para relacionarse con sus compañeros. Por todo ello, se encierra imaginando aventuras con su ídolo Tintín. A David le gustaría ser como él: valiente, sincero, buen amigo y, sobre todo, saber cómo actuar en cada momento. Él lo intenta, pero siempre le sale mal. Hasta que un día, después de poner petardos en un portal, ayuda a escapar a Leticia. Entonces, logra el respeto de los demás y su autoestima aumenta. En ese mismo momento, decide no vivir más las aventuras de Tintín, sino las suyas propias, e intentar solucionar todos sus problemas con sus padres, en el colegio y con sus amigos. Ahora está más tranquilo y además, está convencido de que vivir en este mundo va a resultar mucho más divertido a partir de ahora.
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